Nuestro tercer número se entremezcla con el final del año: la esperanza del que llega y el balance que uno tiene que hacer con sus respectivos “debe” y “haber”.
Hoy damos continuidad a un viejo anhelo: intentar mantener la esencia de nuestros viejos maestros, utilizando herramientas distintas a las empleadas en aquellos boletines.
Es realmente una enorme alegría relanzar el Boletín del Asfalto, siguiendo el camino de nuestros maestros y predecesores, en quienes reconocemos esfuerzo, tenacidad y la influencia que tuvieron sobre las generaciones posteriores.